‘Ballerina’: Ana toma las Armas

El nuevo spin-off de la saga de John Wick no logra desviarse demasiado del espíritu de sus predecesoras, como se lo había propuesto. Por su parte, las escenas de acción siguen manteniéndose como un estandarte dentro del cine de este género.

La historia de “Bailarina“, conocida también como “From the World of John Wick: Ballerina”, narra la búsqueda de venganza de Eve Macarro (Ana de Armas) contra aquellos asesinos que le quitaron la vida a su padre. Si prestamos atención a aquel largo título, podremos intuir dos cosas: primero, que pertenece al mismo universo concebido por el guionista Derek Kolstad y los directores/stuntmans Chad Stahelski y David Leitch, un mundo de violencia estilizada y coreografías complejas que no tienen nada que envidiarle al ballet; segundo, que la película tendrá de veras ballet. 

En este último punto, el film dirigido por Len Wiseman falla. A la actriz cubana la vemos en puntas de pie en una sola escena. Eve, luego de pasar a la orfandad, elige unirse a la misma academia de asesinos a la que perteneció su progenitor. Allí, articulará su entrenamiento de kung fu con la disciplina del ballet, gracias a la academia que dirige la estricta Anjelica Huston. Pero la narración pasará directo al momento en que ella se encuentra lista para salir a cumplir su rol de asesina/protectora. A partir de allí, habrá algunas escenas donde la protagonista tomará una cajita de música que funciona a modo de Rosebud, pero de forma más obvia, recordándonos el pasado y la vida lejos del mundo criminal que pudo haber tenido.

¿Una nueva dirección?

Con Wiseman al frente y un protagónico femenino, se vendió a esta nueva entrega como un cambio de rumbo en la franquicia. Sin embargo, el estilo en el que están planteadas las secuencias de acción es similar, y el guion no indaga mucho más a fondo en cuestiones de profundidad psicológica. Lo que sí, tiene a un personaje mucho más impulsivo, que al contrario de Wick, no intenta escapar del crimen organizado, sino indagar cada vez más en él. 

Hay momentos que en comparación resultan inferiores a los que veníamos viendo. La secuencia inicial no es demasiado inspirada. Sí, nos pone del lado de un padre protegiendo a su hija a lo que dé lugar, pero carece de la profundidad emocional de aquel prologo en John Wick (2014), en el que asesinaban al perrito del susodicho. Tampoco resultan demasiado verosímiles las decisiones de la Eve niña, quien no duda un segundo en unirse a la Ruska Roma.

Ballerina: How Ana de Armas' Assassin Expands The John Wick Universe

Lo mismo sucede con el climax final: en ningún momento Eve parece vulnerable o permeable a perder el control. Cosa que si sucede en las películas de Stahelski, donde Keanu Reeves vive cargando un insoportable dolor a sus espaldas. Esos momentos de peligro y vulnerabilidad son los que le quitan previsibilidad a la película. Incluso cuando sabemos que nuestro amigo el Baba Yaga es invencible, es necesario que haya un instante de duda. Es digno de recordar aquel brillante desenlace a modo de duelo western, en el Capítulo 4 (2023).

Mucho Bombardiro Crocodilo, poco Ballerina Cappuccina 

Toda la belleza que había en la puesta en escena, su grandiosa fotografía e iluminación de neón, eran claves en las películas de Stahelski. Acá todavía hay algo de eso, pero se lo encuentra en menores proporciones. De hecho, sabemos que hay algunas escenas adicionales que estuvieron dirigidas por este último. En lo que respecta a la originalidad de gags físicos ultra-violentos, “Bailarina” no decepciona. Sigue siendo igual de dinámica y adrenalínica, y nos deja unas cuantas imágenes que difícilmente podremos sacarnos de nuestra cabeza.

Las mejores secuencias que recuerde, en orden: una en un boliche, con un martillo; otra en una armería, con algunas de las mejores fatalities, que incluyen gente explotando con granadas en su interior; la del restaurante noruego, dónde de Armas y una tal Agneta se revientan una decena de platos de vidrio en la cabeza; la última, la de los lanzallamas. Está claro que es por estos momentos (cuando el guion y sus falencias quedan totalmente en segundo plano) que uno elige estas películas.

Ballerina": Ende des "John Wick"-Spin-offs erklärt

Los asesinos del universo de Wick son conscientes de que todos los elementos a su alrededor están al servicio del entretenimiento. Cualquier objeto punzante o inflamable puede ser usado a su favor. En el último tramo, la bailarina se bate a muerte en un duelo con lanzallamas contra un noruego (interpretado por Robert Maaser, campeón mundial de rueda alemana), y por un segundo, queda inerme contra el suelo. El joven piromaniaco, con match point a su favor, elige jugar lírico en vez de rematar el punto, y como si se tratase de Scorpion en Mortal Kombat, prende fuego una sus botas impermeables y arranca a las patadas en llamas.

El balance que se puede hacer del film es positivo: si bien implica un retroceso en cuestiones narrativas (aunque convengamos que los guiones de John Wick siempre fueron algo esquemáticos), el estilo está y sigue siendo la principal sustancia. Tenemos además a una gran frontwoman en Ana de Armas. El universo se puede seguir expandiendo hasta el infinito, y no nos cansaremos de ver mil veces la misma película. Lo único, esperemos que tome un rumbo más original y ponga en valor al tercer arte.

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