Steven Soderbergh, quien recientemente presentó la fantasmagórica “Presence”, estrena ahora “Black Bag” (“Código Negro”), su último largometraje que oscila entre el policial, el romance y el cine de espías. Te contamos qué nos pareció la última película protagonizada por el grandioso Michael Fassbender.
Está protagonizada por el matrimonio conformado por George (Michael Fassbender) y Kathryn (Cate Blanchett), junto a un elenco más amplio que incluye al ex James Bond de “GoldenEye”, Pierce Brosnan.
La cinta es poseedora de un gran guion a cargo de David Koepp (en su tercera colaboración con Soderbergh). El libreto no contiene tanto de la acción de “Misión: Imposible”, uno de los trabajos más conocidos del guionista; por el contrario, se centra más en describir las complejas relaciones humanas que atraviesan las vidas de los espías.
El film comienza con un virtuoso plano secuencia en un club nocturno, el cual seguirá a George hasta entrar en contacto con uno de sus jefes, que oficiará de informante. Ocurrido el encuentro, se pondrá sobre la mesa el enigma: en la agencia de espías en la que George trabaja (la National Cyber Security Centre de Londres), hay un traidor. Y, para hacer el asunto más interesante, entre los cinco sospechosos se encuentra el nombre de su esposa.
Los espías también se enamoran
George y Kathryn mantienen una apasionada relación tras décadas de casados, y siguen adelante con su profesión pese a los comentarios de sus colegas. Es que ser agente secreto implica muchos sacrificios que ellos resuelven con elegancia. Fassbender y Blanchett ofrecen actuaciones sobrias, demasiado rígidas quizás. Parecen dos muñecos de torta que, sin embargo, cobran vida en cada interacción en las que se dicen como matarían el uno por el otro.
Es todo una cuestión de confianza en las relaciones de pareja, así como en el trabajo. George, que en la agencia realiza pruebas de polígrafo, confía plenamente en su esposa. Antes de pasar al detector de mentiras, invitará a todos los sospechosos a una cena en su casa. Entre ellos hay dos parejas, conformadas por Freddie (Tom Burke) y Clarissa (Marisa Abela), y por Zoe (Naomi Harris) y James (Regé-Jean Page). El anfitrión esparcirá una sustancia sospechosa en los platos de los comensales y así comenzará a salir la verdad a flote. Para su sorpresa, nada vinculado a la filtración de información, sino a infidelidades al interior de las parejas.

Al darse cuenta que no ha logrado dar con ninguna pista importante, deberá proceder a cada vez más intrincados métodos para dar con el soplón. Veremos un poco que detrás de la magia que rebosa su feliz matrimonio, también hay una constante vigilancia del uno al otro y secretos profesionales. Incluso, nos adentraremos en el consultorio de Zoe, quien irónicamente ejerce como psicóloga en la agencia de espías.
El macguffin Severus
Poco importan los verdaderos objetivos del plan malévolo que se intenta frenar. Alguien filtró un software secreto llamado Severus, lo cual podría desencadenar miles de muertes. En realidad, no sabemos que es Severus en sí, pero no importa. Es un simple recurso narrativo o “McGuffin” que hará sacudir la trama que se teje al interior de la agrupación.

Así, “Black Bag” irá develando poco a poco nuevas pistas de las que nos enteraremos a la par que los personajes, como si de una novela policial se tratase. No solo hay mucho misterio a lo Agatha Christie, sino que también hay algo de comedia de enredos. Y hay, por sobre todo, una intención de quitarle la máscara de poker a un universo que pretende ser solemne todo el tiempo, tanto en su puesta en escena como en los protocolos de los personajes, pero que es mucho más humano de lo que parece.