¿Por qué “Weapons” es una de las películas de terror del año?

“La hora de la desaparición” es la última película del norteamericano Zach Cregger (“Barbarian”) que combina suspense y comedia en una de las propuestas de terror más originales del año. Ya se puede ver en cines en Argentina.

¿De qué trata “Weapons”?

Querer resumir la trama de “Weapons” (“La hora de la desaparición”, como se la conoció en Latinoamérica) sin caer en spoilers puede resultar complicado. Partamos de la base: una noche, a las 2:17 AM en un pequeño pueblo de Pennsylvania, diecisiete niños despiertan, se levantan de sus camas y escapan corriendo por la puerta de sus casas, alzando sus brazos como si fueran aviones hasta desaparecer por completo en la oscuridad. Una secuencia inicial de gran belleza, narrada por una niña que le dará un tono de cuento de hadas, y que además deja sonar un temazo de George Harrison.

Al día siguiente, la profesora de nivel primario Justine Gandy (Julia Garner) llega al aula y se encuentra con que han desaparecido casi todos sus alumnos. La excepción es Alex Lilly (Cary Christopher), un inhibido e indefenso jovencito del que no sabremos mucho hasta avanzada la historia. Todas las miradas de los iracundos padres caen sobre la profesora, a quien seguiremos de cerca en su tormento cotidiano: llamados telefónicos amenazantes, gente que golpea a la puerta de su casa en la noche, o incluso la palabra “bruja” pintada en su auto. Pero el caso carece de respuesta lógica, y ni los padres ni la policía podrán resolverlo. Así, Justine intentará aliviar su pesar tomando alcohol y encontrándose con un policía del pueblo (Alden Ehrenreich) con el mantiene un interés romántico.

Una estructura narrativa atomizada

Es en ese momento en el cual el punto de vista de la historia, que venía siendo el de la profesora, cambia por el de otro personaje. Y al rato siguiente, de nuevo. Zach Cregger utilizará este recurso narrativo durante todo el metraje, para ir dosificando la información. Como si se tratase de “Rashomon” de Akira Kurosawa, repasará varias veces los mismos hechos y creará retratos de los distintos personajes pueblerinos. Este es uno de los puntos donde el director de “Barbarian” demuestra su destreza como narrador y guionista. En cada segmento se va creando tensión, y cuando finalmente parece que todo está por ebullir, algo desconcertante sucede y nos vamos a otro personaje.

Entre los múltiples protagonistas que se irán pasando la posta se encuentran Archer Graff (Josh Brolin), padre de uno de los niños desaparecidos que hará una labor detectivesca; James (Austin Abrams), un torpe joven adicto a la heroína que se topará con algunas pistas; Marcus Miller (Benedict Wong), el director de la escuela donde trabaja Justine; Gladys (Amy Madigan), una espeluznante anciana cuya mera aparición en pantalla genera incomodidad por sí sola; así como la ya mencionada profesora, su amante, y el no-desaparecido Alex.

Sustos, risas y pistas bien situados

“La hora de la desaparición” hibrida varios géneros: terror, suspense y policial en partes iguales. Sin embargo, Zach Cregger proviene del mundo de la comedia, habiendo escrito y protagonizando la serie de sketches “The Whitest Kids U’ Know”. Es por eso que el director agrega una dosis de humor negro que va aumentando conforme se complejiza la estructura del film y se cocina a fuego lento la resolución del misterio.

Puede parecer que no, pero la comedia en “Weapons” siempre es intencional, y en muchos momentos funciona por lo aleatorio y descabellado de los sucesos. Podría resultar molesto, pero la dirección de Cregger es hábil y sabe como desmarcarse para no quedar en el ridículo. El tránsito por los diversos géneros resulta fluido, y se permite tanto indagar en el drama más profundo de algunos personajes, como generar verdadera ansiedad para los espectadores en ciertos pasajes.

Una historia original

El relato de Cregger también resulta una propuesta fresca por su original temática, de la cual conviene no decir mucho porque arruinaría la experiencia de un primer visionado. Solo nos limitaremos a decir hay cierta influencia de los cuentos de los hermanos Grimm pero trasladados al territorio norteamericano. Por su parte, el título en inglés de la película resulta algo enigmático y va cobrando sentido conforme avanza la trama, sobre todo gracias una puntual escena surrealista. Y si bien al llegar al clímax todas las partes del rompecabezas encajan, el significante de la palabra “armas” se encuentra aún abierto a múltiples sentidos.

Puede que la desfachatez de “La hora de la desaparición” resulte tontona a mucha gente, y que no cumpla con las expectativas de quienes fueron al cine a ver una película de terror. Pero quien se deje entregar a su clásico y a la vez libre lenguaje cinematográfico, podrá disfrutar de un excelente thriller que combina los mejor de varios géneros y nunca deja de sorprender, hacer estremecer o incluso permitirse largar una carcajada.

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