Luego del rotundo éxito su primera entrega, muchos esperábamos que la secuela continuara con la evolución de Arthur Fleck hacia su transformación completa en el icónico villano de Batman. Te contamos nuestra opinión de la que será, dentro de poco, la película más olvidable en el currículum de Joaquin Phoenix y Lady Gaga.
‘Joker’ (2019) nos presentó a un hombre destruido por la sociedad, cuyo brote psicótico culmina en una aceptación total de su nueva identidad, desatando el caos en Gotham. Con este antecedente, la nueva entrega prometía profundizar este descenso a la locura, expandiendo la historia del personaje en un ambiente de mayor poder y destrucción.

Nosotros esperábamos una narrativa más oscura y retorcida, con Arthur consolidado como una fuerza imparable. Además, con el anuncio de que esta sería un musical, surgió una expectación única: ¿Cómo se integraría el género con el viaje del personaje? ¿Podría una obra tan sombría como ‘Joker’ funcionar con este inesperado cambio de formato?
¿En qué falló la película?
El mayor error de esta película es su total dependencia al a primera entrega, ofreciendo una historia que no lleva al personaje a nuevos lugares, sino que parece un epílogo extendido. Arthur, interpretado por Joaquin Phoenix, quien había abrazado por completo su identidad psicótica, en esta secuela muestra dudas y una crisis de identidad que despoja la narrativa del impacto logrado en la original.
Este retroceso en el desarrollo del personaje socava todo lo que había construido previamente, haciendo que la historia carezca de propósito claro y diluyendo la esencia del personaje que conocimos en 2019, que incluso logró ganar el Oscar a Mejor Actor.

Otro aspecto decepcionante es cómo algunos elementos narrativos de la primera entrega son ignorados o simplificados en esta secuela. El final de la primera insinuaba una escalada de violencia en Arthur, pero en Folie à Deux, solo se mencionan algunos de sus asesinatos, omitiendo detalles cruciales de su evolución. Este vacío narrativo deja un sabor amargo en quienes buscábamos una progresión más coherente, en cambio tuvimos una película sobre un juicio musical con “alucinaciones”.
Sus puntos favorables
Pero, no todo es malo. La película brilla en su ambición visual, la fotografía y en su escala de producción. Con un presupuesto significativamente mayor, cada escena está cuidadosamente pulida, desde las tomas cinematográficas hasta la dirección de arte. La química entre Arthur Fleck y Lee, siendo Harley Quinn e interpretada por Lady Gaga, es poderosa y matiza la dinámica emocional de la historia. Sus actuaciones son, sin duda alguna, destacables y llenas de matices, especialmente por parte de Phoenix, quien vuelve a encarnar a un Arthur complejo y atormentado. Aunque, debemos destacar que su actuación en esta entrega no supera a la original.
El aspecto musical, aunque polémico, puede ser visto como un intento valiente de subvertir las expectativas. Todd Phillips, el director, toma riesgos claros al integrar referencias a grandes clásicos del género musical, como Los Paraguas de Cherburgo (1964) o La La Land (2016). Aunque no todos los números logran su cometido, es innegable que la cinta intenta romper moldes, lo que al menos merece nuestro reconocimiento.
Conclusión
Joker: Folie à Deux es ambiciosa y visualmente impresionante, pero sus riesgos narrativos y el enfoque musical dividen a la audiencia y críticos. Aunque no es una mala película, la falta de evolución en el personaje y su dependencia de la precuela la hacen sentir como una secuela innecesaria que no alcanza el impacto emocional ni esperado de su predecesora.