Este director mexicano se presenta en el Festival Internacional de Cine en La Feliz con una película que mezcla lo policial con un sentido del humor al borde del colapso psíquico. La historia de Juan Pablo y Valentina es una narración dentro de otra que cumple con muchas expectativas para quienes amamos el cine. Esta es la crítica de “No voy a pedirle a nadie que me crea”, de Fernando Frías de la Parra.
La trama
Juan Pablo y Valentina son una joven pareja de México. Ambos graduados de al universidad. Juan Pablo tiene que viajar a Barcelona para realizar un doctorado. Valentina se queda en México a la espera de una vacante para realizar su maestría.
Él viaja a México para visitar a sus padres y ya hacer definitivo su retorno a Barcelona cuando su primo es secuestrado por unos “socios” no muy conformes con su forma de hacer negocios. Juan Pablo se ve comprometido por su primo para resolver un “proyecto”.

De pronto, en lugar de transitar pacíficamente su doctorado, se ve envuelto en resolver problemas mafiosos en los que están involucrados funcionarios españoles y mexicanos. Al mismo tiempo tiene que correr por salvar su vida y la de Valentina, que ahora también se encuentra en peligro.
La novela dentro de la narración
Finalmente, la trama comienza a tomar un ritmo cada vez más acelerado en el que sólo el humor al borde del colapso puede amenizar la salud mental. La relación de Juan Pablo y de Valentina se desmorona. Él intenta, a pesar de verse obligado a cambiar su tesis, escribir una novela basada en estos últimos sucesos desafortunados.
Bajo la premisa “No voy a pedirle a nadie que me crea”, esta novela es el último rastro que va a dejar Juan Pablo sobre su propia historia y la de Valentina. Desde ya, una película excelente, cuidada en ritmo, originalidad de trama y personajes. Otra elección acertada en este 38° Mar del Plata Film Festival.