‘Elvis’ tuvo su avant premiere en cines el pasado 14 de julio. El 2 de septiembre se estrenó en HBO Max y es una de las películas más esperadas en relación al mundo de las biopics sobre artistas. Este nuevo largometraje sobre la vida del Rey del Rock (y de la pelvis) tiene como eje contarnos la historia sobre su vida desde la óptica de la influyente y particular figura de su representante: el “Coronel” Tom Parker.
Dirigida por Baz Luhrmann (también director de ‘Moulin Rouge’ y de ‘El gran Gatsby’, entre un largo listado de producciones) y protagonizada por Austin Butler como Elvis y el multipremiado Tom Hanks como Parker, ya está disponible en HBO Max desde el viernes pasado.
Después de una fecha en la que en nuestro país se dio una serie particular de eventos desafortunados para la convivencia en democracia, retomamos “nuestra programación habitual” y revisionamos esta biopic que, a pesar de las críticas que ya tuvo, no deja de ser una película con material para repartir.
El justo equilibrio entre el “Coronel” y Elvis
Desde 1955, Tom Parker y Elvis Presley firmaron el contrato artístico representativo que duró hasta el fallecimiento de este último, el 16 de agosto de 1977.
Conocido como el “Coronel”, por mucho tiempo le mintió a la sociedad estadounidense, incluso al Ejército, sobre su verdadero origen, ocultando su nacionalidad neerlandesa. Andreas Cornelis van Kuijk era el verdadero nombre del hombre que, nacido en Breda, Países Bajos, desembarcó dos veces en Estados Unidos, siendo la última la definitiva.
Desde niño presento interés por el mundo del espectáculo por lo que empezó a involucrarse en el arte circense funcionando como un captador de público. Luego, de adulto y ya en los Estados Unidos comenzó a representar artistas hasta que en la primera presentación televisiva de Elvis Presley, en 1954, lo conoce y comienza su estrecho vínculo comercial y personal.
Conquistando desde la incomodidad
Elvis realiza un recorrido por los inicios en la música en la vida del artista, en su posterior relación con las drogas que lo llevaron a su muerte y su particular vínculo con la política estadounidense. Pero, como anticipamos al inicio, elegir una primera voz narrativa como la de Tom Parker, alguien acusado tanto del ascenso como del ocaso del Rey del Rock, no podía ser un aspecto menos intenso.
Desde la fotografía, las escenas y las interpretaciones esta película merece la atención de quienes somos amantes de la música y del cine, más aún cuando, como en este caso, se combinan para contarnos la controversial relación de Elvis con la música negra religiosa. Y acá abrimos un paréntesis no tan paréntesis, ya que, es el puntapié para entender por qué resultaba “profano” reivindicar la música negra en una sociedad estadounidense atravesada por la fuerte segregación del período de entreguerras siendo, también, el género musical que le dio origen a un símbolo sexual.
El amor visto desde la conquista joven, galana y extrovertida de este babyface, hace que sea un tópico de charla obligado en la película. Y hacemos referencia a ese momento en el que su corazón se desgarra en la balada de mediados de los años ’60, titulada ‘Always on my mind’ (compuesta originalmente por Wayne Carson, Johnny Christopher y Mark James), que luego lo llevará al estrellato cuando se divorcie de Priscila Presley. Simplemente, Elvis.
Una biopic necesaria
Se puede decir que, como toda biopic de un artista, el manejo de la vida personal junto con la vida artística caminan por un delgado precipicio que siempre se intenta maniobrar escribiendo canciones o interpretándolas.
Más allá de las críticas que ha recibido esta película por su extensa duración de 2 horas y 39 minutos, o del hartazgo que le ha provocado a muchos/muchas/muches la presencia de la voz narrativa del personaje que encarna Tom Hanks, es valiosa por buscar el salto significativo que tienen las biopics sobre artistas con vidas tan alteradas como la de Elvis Presley.
Baz Luhrmann podría haber elegido el formato musical como sucede en el caso de ‘Rocketman’ sobre la vida del músico, compositor y ciudadano reconocido por la Corona Británica, Sir Elton John; o dejar como narrador principal al propio artista como sucede en el caso de ‘Bohemnian Rapsody’. Pero de esto también se trata: de irrumpir en la cultura incomodando a los/las/les ciudadanos de a pie que definitivamente vamos a ver ‘Elvis’ (quizás más de una vez) y la vamos a recomendar, dure lo que dure y le pese a quien le pese.