Un hincha de Racing, un cuerpo que cae del cielo, Nesquik (sí, leiste bien, Nesquik) y una agente secreta son los existentes en la nueva película del director de ‘Diablo’ y ‘Kryptonita’. Del conurbano al mundo, sin escalas, esta es la crítica de “Punto rojo”, de Nic Loreti.
La historia arranca en un Dodge 1500 con Ladilla dentro. Si bien los primeros minutos del film resultarán confusos y hasta desconcertantes, el montaje es quien nos dará las explicaciones a lo largo de toda la película. Mientras el humor negro y las pasiones se hacen dueñas del metraje (porque Ladilla es, ante todo, hincha de Racing) cae un cuerpo del cielo.
Estos giros harán que “Punto rojo” sea una propuesta frenética. Un titulo donde también se destacará su fotografía, la elección de banda sonora y los indiscutibles guiños al cine policial y de acción. Primero, con alguien que se hace llamar Nesquik escondido en un baúl. Luego, con una agente que busca a Nesquik. Tercero, y casi como si fuera un homenaje a ‘Pulp Fiction’, con un maletín que podría terminar con el poder de Estados Unidos.

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No, Nic Loreti no desbarrancó. Tampoco su película es una propuesta bajo presupuesto intentando alcanzar superproducciones de esos tanques que colman las salas nacionales una y otra vez. Todo, por mas disonante que suene, está puesto en su justa medida y en el instante que debe aparecer. El guión nos llevará de Virrey del Pino a Buenos Aires, de la provincia al espacio aéreo argentino y de ahí, otra vez a la pampa. Sí, a esa locación que parecería emular el lejano oeste, pero en nuestro país. Allí, “Punto rojo” logra su cometido. Y lo alcanza, también, con humor negro, efectos especiales y el uso correcto, para nada abundante, de flashbacks.
¿Y sus personajes? Hasta acá, Ladilla es un hincha de Racing buscado por homicidio y robo agravado. La agente secreto no sabe quién es Ladilla y, mucho menos, por qué lo tiene a Nesquik en el capot. Las explicaciones rozarán el absurdo cuando nos enteremos que, al “no poder decirle que no a la Chancha”, Nesquik tuvo que juntar dos laburos en uno. Así, el ladrón que fue presentado con una estética noir, no es y nunca fue más que un cobarde que siempre dudó de sus elecciones. Caso contrario es el de la agente, cuya dureza y disciplina hacen de su personaje una construcción totalmente opuesta a Nesquik.

“Punto rojo” es, sin dudas, uno de los títulos destacados que este 36° Mar del Plata Film Festival tiene. La película desafía, una vez más, esa vieja y anacrónica idea del género al que pertenece. Sí, esa que alguna vez vaticinó la poca capacidad del cine nacional para llevar a la pantalla grande propuestas con explosiones, efectos especiales y, ante todo, historias que valen la pena conocer. El nuevo largometraje de Nic Loreti pone a andar una formidable narración con una notable entrega de sus actores que nos recuerda, una vez más, que el conurbano sí tiene cosas para contar.